Crecimiento personal
28/2/2023
7
min

¿Soy yo la amistad tóxica? Claves para identificarlo

Mantener una buena amistad requiere tiempo de calidad, esfuerzo y reciprocidad. Si empieza a aparecer un desequilibrio que provoca malestar constante en una de las partes, quizá se está dando el caso de que tu círculo social ya no es tan sano como lo era antes y están apareciendo comportamientos tóxicos que es importante identificar y erradicar.

Pero, ¿qué ocurre si esa amistad tóxica eres tú? Si has experimentado cambios en tus amistades, discusiones o malentendidos, quizá es el momento de plantearse primero esa pregunta para descubrir qué es lo que está perjudicando a tu grupo de amistades.

¿Qué son las amistades tóxicas?

La amistad es uno de los mayores tesoros de la vida social y debe estar basada en la confianza, el afecto, el respeto y la reciprocidad. Un amigo que te quiere y te valora, conseguirá que crezcas como persona, acompañándote en el proceso sin juzgarte ni decepcionarte.

Puede darse el caso de que, con el tiempo, las emociones se vayan transformando en egoísmos, envidias, imposiciones e incluso actitudes de manipulación inconsciente que acaben dando lugar al desarrollo de una amistad tóxica. Al igual que en las relaciones románticas, las amistades tóxicas no suelen serlo desde el principio, sino que empiezan a desarrollarse poco a poco. Cuando esto ocurre, la relación empieza a ser insana y se caracteriza por agotamiento mental, inseguridad, ansiedad, malestar y disminución de la autoestima.

La mayoría de relaciones tóxicas no suelen ser percibidas por las personas que están dentro de la dinámica, pero sí por las personas que lo observan desde fuera. Es por ello que , cuando nos encontramos ante conductas tóxicas, es importante escuchar la opinión de personas externas a la relación, puesto que nos aportarán una visión mucho más objetiva del conflicto.

¿Cómo identificar si soy una amistad tóxica?

Muy a menudo, cuando observamos que alguna de nuestras relaciones no se desarrolla como nos gustaría o nos provoca malestar emocional, nos planteamos si esa amistad se comporta de manera tóxica con nosotros, pero rara vez nos planteamos si somos nosotros los que lo hacemos. Para evitar que este malestar inunde tus amistades, ofrecemos una serie de indicadores que te permitirán identificar si estás llevando a cabo comportamientos tóxicos, para poder ponerles remedio lo antes posible y evitar que la relación se dañe de manera irreparable:

  • Enjuicias al otro. Hacer críticas constructivas es algo natural y la retroalimentación honesta es muy importante, sin embargo, cuando las críticas empiezan a darse con frecuencia y tienen una connotación negativa en la que se juzga alguna característica de la personalidad o apariencia de tus amigos o alguna decisión que hayan tomado, pensando que tú tienes la razón y el otro no, estamos ante un comportamiento tóxico que podría estar afectando a la autoestima de nuestras amistades.
  • Hablas de tus amistades a sus espaldas. Todos alguna vez hemos hablado de nuestras amistades con otras personas. Frecuentemente, cuando tenemos un problema con ellos, lo solemos comentar para pedir consejo de alguien externo a la relación. Sin embargo, el comportamiento tóxico aparecería cuando criticamos a la otra persona, centrándonos únicamente en lo negativo o incluso desvelando secretos que nos han contado en la intimidad. En una amistad, la confianza es una de las mayores bases y, por tanto, es muy importante no romperla o traicionarla.
  • No realizas escucha activa y no tienes empatía. Una amistad te está contando una cosa que le preocupa y tú piensas que es un problema sin importancia y no le prestas la atención que se merece. Debes tener en cuenta que los problemas son subjetivos y si un amigo recurre a ti para pedirte consejo o simplemente para expresar lo que le pasa o lo que piensa, es porque es importante para él y se merece que le escuches sin que le interrumpas, menosprecies o le quites su lugar para expresarse. Asimismo, hacerle sentir que es un exagerado también es un comportamiento tóxico, puesto que puede minar la confianza de tu amistad y hacerle sentir inseguro.
  • Eres ‘yoísta’. Una amistad debe ser un espacio de intercambio de información mutua. Si existe un desequilibrio en el intercambio de información, o le interrumpes para contar algo tuyo sin dejar que termine de expresarse, no querrá pasar más tiempo contigo porque sentirá que sólo le utilizas para desahogarte o que tus sentimientos son más importantes que los suyos y que él no tiene lugar en esa amistad.
  • Te muestras dependiente. A veces, incluso en la amistad, podemos llegar a confundir amor con dependencia. Si vemos que estamos constantemente necesitando a nuestros amigos o queriendo quedar con ellos y nos enfadamos o nos lo tomamos como algo personal cuando nos dicen que no pueden, estamos teniendo un comportamiento negativo que acabará alejándoles. Es importante respetar y entender que cada uno tiene su espacio independiente y que quedar juntos nunca debe ser una obligación.
  • Sientes celos o envidia. Si cuando una amistad te está contando algo positivo de otro de sus amigos lo primero que sientes es envidia o se te pasan por la cabeza comentarios negativos hacia esa otra persona, los celos y la posesión se están apoderando de ti. En este caso, debes comprender que no eres la única amistad de tus amigos y que, aunque ellos tengan vínculo con otras personas, no significa que tú seas menos importante para ellos.

¿Por qué no me he dado cuenta de que soy una amistad tóxica?  

Como hemos mencionado anteriormente, las actitudes tóxicas no aparecen de primeras, sino que se van desarrollando a lo largo del tiempo. Esto hace que resulte más difícil detectarlas, puesto que al tener ya una dinámica de la relación, estamos tan acostumbrados a estos comportamientos tóxicos que no nos paramos a analizarlos y les restamos importancia.

Asimismo, muchas veces somos más conscientes de los comportamientos tóxicos cuando estos son llevados a cabo por las personas de nuestro círculo social o cuando los vemos en terceros, pero no nos planteamos la idea de que quizá los estamos llevando a cabo nosotros mismos. Esto se debe a que hace falta un proceso muy grande de introspección para poder reconocer ciertas actitudes que estarían haciéndonos ver que quizá no somos como pensamos. Confrontar el hecho de que estamos teniendo comportamientos que pueden resultar tóxicos o dañinos en nuestra amistad puede resultar tan difícil que muchas veces preferimos ignorarlo en vez de trabajar en ello.

 ¿Cómo puedo remediar mis comportamientos tóxicos?

A continuación, ofrecemos una serie de tips para que puedas trabajar y hacer frente a cualquier conducta tóxica que pueda estar afectando a tu círculo social:

1. Edúcate a ti mismo

El primer paso es asumir y aceptar que estamos manteniendo comportamientos tóxicos que debemos cambiar. Una vez identificados, podremos empezar a reeducarnos a nosotros mismos y trabajar en estos aspectos.

Asimismo, será importante fomentar aquellos valores y rasgos de personalidad que nos hagan crecer como persona y como amigos. Por ejemplo, empatía, asertividad, confianza, tolerancia, aceptación incondicional, flexibilidad y escucha activa. En general, debemos evitar ser críticos y negativos, deshacernos de la envidia y los celos y empezar a crear espacios más agradables y seguros.

 2. Analiza tus comportamientos y aprende a disculparte

Demostrar arrepentimiento o darnos cuenta de que hemos cometido un error es algo muy difícil pero muy importante si queremos mantener relaciones sanas. Todos los seres humanos nos equivocamos, pero darnos cuenta de ello y aprender a disculparnos es lo que va a marcar la diferencia. Admite tu error y no te justifiques siempre o intentes echar la culpa a tus amistades.

3. Realiza ejercicios de introspección

Analiza tus sentimientos después de quedar con tus amistades. Cuando estamos ante conductas tóxicas, es importante observar y escuchar a nuestro cuerpo y mente tras habernos reunido. Nuestro estado de ánimo y nuestras sensaciones físicas a posteriori van a resultar primordiales para detectar los efectos que se están generando en nosotros.

Pregúntate a ti mismo qué aspectos de tu personalidad y de tus conductas son los que pueden estar causando el malestar y analiza las posibles causas que pueden estar generándolos. Imagina cómo podrías modificarlos por conductas más positivas y utilizando recursos emocionales como la tolerancia, la paciencia y la relajación.

4. No desaparezcas sin dar explicaciones

Todos tenemos derecho a desconectar de vez en cuando, sin embargo, ser inconstantes o no dar explicaciones de por qué hemos desaparecido, puede provocar en tus amigos sentimientos de inseguridad en los que empiecen a plantearse si han hecho algo mal para que no les hables o no quieras quedar con ellos. Explícales que necesitas tu espacio, las verdaderas amistades lo entenderán.

5. Sé autocrítico

La autocrítica no debe ser una herramienta con la que castigarse a uno mismo, sino que se debe utilizar para reflexionar sobre nuestro papel en las relaciones y sobre nuestros comportamientos, para valorar si son acordes a lo que queremos transmitir y recibir.

Para ello imagina situaciones en las que has detectado que tu comportamiento ha sido tóxico y piensa en qué habrías hecho si hubieses tenido una actitud diferente. Cuando detectes cuáles son los aspectos que deberías haber cambiado, tendrás la clave para saber qué recursos debes trabajar y reforzar en tu día a día.

6. Aprende a dejar ir

Hay veces que es mejor aceptar que la relación ha llegado a su fin en vez de aferrarnos a ella. El hecho de que haya que terminar una amistad no significa que la otra persona no te importe, sino que quizá es más sano para ambos que cada uno vaya en una dirección. Dejar ir en el momento justo hará que evites la aparición de comportamientos tóxicos que provocarán daños mayores.

Recuerda que una amistad debe ser un espacio seguro, donde nazca de la generosidad, el intercambio y el desinterés entre las personas que la forman.

Si reconoces algunos de los comportamientos mencionados anteriormente en ti mismo, en Therapyside podrás contar con excelentes profesionales de la psicología que te ayudarán a trabajar en ello para que puedas formar vínculos más sanos y que te pueden aconsejar, apoyar y ayudar a alcanzar tu mejor versión.