Crecimiento personal
25/1/2023
9
min

Cómo dar una crítica constructiva

¿Recuerdas una circunstancia reciente en la que tuviste que expresar tu opinión a los demás? ¿Esto produjo sensación de incomodidad por no conocer cómo realizar una crítica constructiva?

Es muy común y natural que, ante situaciones en las cuales tenemos que expresar nuestra opinión, valoración o crítica no sepamos muy bien cómo hacerlo. Entendemos que para ti puede ser importante intentar no herir las sensibilidades de las personas que te rodean. Es lógico y esperable que graduar este tipo de situaciones nos resulte complicado. En muchas ocasiones no hemos aprendido herramientas que nos faciliten comunicarnos de forma asertiva con otras personas.

Vamos a poner un ejemplo que nos servirá de guía a lo largo de todo el texto. Imagina que tus palabras sean agua y la persona a la que quieres expresar tu opinión es una planta. Según utilicemos nuestras palabras, y hablando en términos de todo o nada, podemos dejar la planta sin regar o bien inundarla. Para regar además tenemos que tener presente otras cuestiones como el clima, la humedad, las horas de sol, etc.

Es decir, lo ideal es regar las plantas teniendo en cuenta todo el contexto en el que se desenvuelven para así disfrutar de un bonito jardín. Lo mismo nos sucede a la hora de realizar una crítica constructiva: debemos medir las palabras que empleamos para usarlas en su justa medida y siempre teniendo en cuenta lo que está sucediendo, a la otra persona y nuestras propias necesidades.

Por cierto, ¿conoces el término “asertividad”? ¡Hablaremos de ella a continuación junto a cómo realizar una crítica constructiva!

Asentando las bases para una crítica constructiva

A la hora de recurrir a la comunicación es importante tener en cuenta lo que siente y piensa tanto el emisor como el receptor. La comunicación es cosa de dos o más personas, y por tanto, todas los miembros implicados en ella son importantes, especialmente cuando nuestra intención es la de realizar una crítica constructiva.

Pero, ¿qué quiere decir esto? Es en este momento cuando entra en juego el concepto de asertividad. La asertividad es un estilo comunicativo que nos permite relacionarnos sin invalidarnos ni a nosotros mismos ni a las otras personas. Es el término medio entre una comunicación más agresiva, en la cual nos imponemos a la otra persona a través, incluso, de un discurso violento; y una comunicación más pasiva, en la que pasamos por alto nuestros propios deseos, ideas, vivencias y puntos de vista.

Por ello, la asertividad consiste en:

  • Respetar mis deseos
  • Expresar límites
  • Tener en cuenta la vivencia de la otra persona
  • Empatizar
  • Agradecer
  • Comunicar de forma directa evitando herir a otras personas
  • Decir “no” cuando lo consideremos necesario
  • Mantener una escucha activa y respetuosa
  • Cuidar nuestros propios ritmos

La importancia del lenguaje no verbal

A la hora de realizar una crítica constructiva estamos en continua retroalimentación con la persona con la que interactuamos. Por ello, es importante prestar atención también a su lenguaje no verbal.

El lenguaje no verbal nos dará pistas de cómo está recibiendo e interpretando el mensaje que estamos queriendo transmitirle. Debemos tener en cuenta que a través del cuerpo también podemos sentir lo mismo que esa persona. 

Por ejemplo, podemos sentir la rabia de la persona que nos habla, causarnos sensación de indiferencia o, por el contrario, darnos sensación de seguridad y comprensión. Estos elementos tienen un fuerte impacto en cómo la persona recibe la petición que queremos realizarle. No es lo mismo transmitir cercanía y calidez que gritar desde otra habitación, o hablar sin mirar a la persona mientras estamos contestando un e-mail en el ordenador.

Cuando queremos comunicar de forma que realicemos una crítica constructiva, debemos evitar en nuestro lenguaje no verbal:

  • Mostrar posturas que invadan el espacio personal de la otra parte.
  • No mirar en ningún momento a nuestro interlocutor/a.
  • Realizar otras acciones a la vez que puedan generar la sensación de que no estamos escuchando, como mirar el teléfono móvil.
  • Realizar aspavientos.
  • Mover fuertemente las manos o de forma excesivamente enérgica. 
  • Transmitir impaciencia.
  • Realizar resoplidos o sonidos que nos indiquen saturación.

Pasos para realizar una crítica constructiva

Todas estas señales pueden sernos de ayuda para crear un clima más propicio para una comunicación con mayor fluidez. Así, podremos minimizar en la medida de lo posible que nuestro mensaje se vea interpretado de otro modo por haber descuidado nuestra expresión no verbal sin quererlo. Si bien es cierto, tampoco somos responsables de lo que puedan percibir los demás en todo momento y bajo todas las circunstancias. Aceptar esto también es ser asertivo con uno mismo.

Además de todo ello te preguntarás, ¿entonces cómo puedo hacer una crítica constructiva? ¿Hay alguna guía o pasos que me puedan ayudar? Hay múltiples formas de comunicarnos, pero aquí os traemos una serie de pasos que puedes seguir y quizás te ayuden a la hora de formular y asentar las bases para realizar una crítica o petición constructiva. Puedes practicarlo en situaciones que no sean tan estresantes para ti y así afianzarlo antes de lanzarte de lleno a la piscina.

Por ello, a continuación te traemos unos tips para que puedes poner en práctica:

1. Exponer el suceso o motivo por el cual queremos hacer la crítica o petición

Muchas veces, sin quererlo, tendemos a dar rodeos sin fin pareciendo una peonza, para, finalmente, acabar más liados de lo que pretendíamos. Por tanto, es importante tener claro y exponer qué es lo que queremos de forma concreta. Intentaremos ser lo más objetivos posible para evitar hacer valoraciones al respecto o juicios. Por ejemplo: “Ayer dijimos que nos veríamos a las siete de la tarde en el cine de la ciudad y llegaste a las ocho”. Pero evitamos decir: “Una vez más has llegado tarde y no has valorado mi tiempo”.

2. Hacer ver a la otra persona cómo aquello nos ha hecho sentir

De este modo, haremos saber a nuestro interlocutor el efecto que tuvo aquello que sucedió sobre nosotros, facilitando que pueda ponerse en nuestra piel. De nuevo, trataremos de describir nuestros sentimientos, evitando hacer valoraciones sobre el comportamiento de la otra persona a priori. Continuando con el ejemplo: “ Me sentí con una sensación de tristeza y molestia”.

3. Empatizar con la persona que hablamos

Una vez que hemos transmitido el suceso o acontecimiento y cómo nos hace sentir, podremos empatizar con la otra parte para transmitir también que entendemos sus posibles circunstancias. Siguiendo con nuestro hilo: “Comprendo  que estos días estás muy ocupado con muchos compromisos laborales y que por eso estás saliendo más tarde de lo habitual y con mucho estrés”.

4. Expresar nuestra crítica o petición constructiva

Cuando estemos en este paso, ya habremos intentado crear un clima más propicio hacia la no confrontación y la expresión de ideas. Por ello, es un buen momento para iniciar nuestra petición. Por ejemplo: “Por favor, la próxima vez intenta avisarme si crees que vas a llegar más tarde”.

5. Dar las gracias

Una vez realizada nuestra crítica nos será de gran ayuda agradecer el tiempo que nos han dedicado a escuchar nuestra petición. También, si se accede a ella, podemos agradecérselo y así hacer sentir a nuestro compañero de conversación que su intención es bien recibida y valorada. En ocasiones, por mucho que pongamos en marcha estos pasos e intentemos comunicarnos claramente, podemos no ser escuchados/as o que nuestra retroalimentación no sea tomada en cuenta. Es en esos casos cuando podemos volver a realizarla de nuevo. Si aún así seguimos sin tener una respuesta afirmativa, en función de la respuesta podremos valorar qué queremos hacer al respecto con la respuesta que recibamos.

Para concluir

Es clave tener presente que aunque estos pasos estén en orden, a veces la propia naturaleza de la conversación no da margen para que sea así. No te preocupes, lo importante es hacer ver a la otra persona, sin juzgar y mostrando cómo nos hace sentir la situación, que deseamos realizar un posible cambio. Incluso si la persona no sabe cómo hacer dicho cambio, podemos ayudarle mostrando una alternativa que hayamos pensado nosotros.

Además, como hemos comentado anteriormente, cuando regamos una planta tenemos que tener en cuenta no solo el agua, sino otros elementos como la humedad o cantidad de horas de sol directo, ¿recuerdas? Con la comunicación sucede lo mismo. A veces, no es solamente cómo comunicamos, sino cuándo y dónde lo hacemos teniendo en cuenta el contexto y situación que nos rodea a ambos. Buscar un momento oportuno, privado, libre de imprevistos o compromisos inmediatos, puede hacer que tengamos un espacio más cómodo para hablar determinados temas más sensibles o que creamos que merecen su espacio oportuno para ello.

Ten en consideración que la comunicación es retroalimentación constante y que es importante que ambas personas estéis en un entorno y momento que sea lo más cómodo posible. Quizás, momentos como una pausa para un café, una cena o un ambiente más relajado, son buenos momentos para abordar ciertas conversaciones o peticiones que, sin embargo, con las prisas del día no sean abordables en un encuentro rápido en el pasillo en el lugar de trabajo o mientras hay delante terceras personas. Todos estos factores pueden hacer más hostil o inadecuado el ambiente para la persona que recibe nuestra crítica constructiva.

Lo cierto es que realizar críticas constructivas no es una tarea fácil. Por ello, recurrir a herramientas que nos puedan ayudar es de vital importancia. Cuestiones como prestar atención a nuestro lenguaje no verbal o mostrar sin juicios cómo nos sentimos, y empatizando con la otra persona, puede sernos de gran ayuda.

Por otra parte, agradecer el cambio y la escucha también nos facilitará aquello que nos propongamos comunicar. Ten en cuenta que la comunicación es cosa de dos y no siempre la persona puede estar disponible para abordar la conversación que deseamos. Es entonces cuando podemos focalizar nuestras energías y atención en buscar un momento cómodo y seguro para ambas personas. Quizás, pueda servirte de ayuda preparar un guión antes de realizar la crítica constructiva o ponerlo en práctica en tu día a día en otros momentos y situaciones menos estresantes.

En Therapyside contamos con profesionales que podrán ayudarte a trabajar tus habilidades y herramientas para poder dar y recibir críticas constructivas de la mejor manera.